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J.J.Jinks: Chile requiere que haya la menor cantidad de barreras posibles para intercambiar bienes y conocimientos

J.J.Jinks: Chile requiere que haya la menor cantidad de barreras posibles para intercambiar bienes y conocimientos

Esta semana el factótum del próximo gobierno, Giorgio Jackson, declaró que no estaba ni de cerca en los planes de éste promover la firma del TPP-11. Las razones para ello son bastante inentendibles.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 1 de enero de 2022 a las 21:00
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Mientras la contagiosa variante ómicron golpea al mundo desarrollado con inusitada fuerza -Francia tuvo más de 200 mil casos en un solo día-, nosotros desde nuestra privilegiada posición pandémica observamos el panorama mundial con estupefacción y algo de mal disimulado chovinismo.

Gráficos recientes de Bloomberg y The Economist muestran a Chile como el mejor lugar para estar en este momento dada la baja circulación del virus atribuida a las altas tasas de vacunación, cantidad de vacunas disponibles para toda la población y un comportamiento cuidadoso de la población en general.

Qué nos han dicho a nosotros siempre tan sensibles al halago externo, andamos como pavos reales con mascarilla.

Las razones de la diferencia entre la situación local y países varias veces más ricos que el nuestro son multicausales, pero es indiscutible que la gran diferencia está en que mientras en Chile tenemos más del 90% de la población vacunada, en Europa y Estados Unidos los movimientos antivacunas han sido mucho más exitosos, lo que ha llevado a que proporciones relevantes de la población se nieguen a vacunarse al punto que los Estados han tenido que implementar incluso beneficios económicos monetarios para incentivar a la población.

En muchos países el proceso de vacunación se ha politizado afectando gravemente la efectividad del mensaje de las autoridades, al menos una plaga que no haya llegado por estos lares. Un país pequeño como el nuestro ha terminado siendo mucho más apegado a la ciencia que sociedades a las cuales miramos con admiración por su desarrollo cultural.

Si bien nos salvamos con honores del terraplanismo científico no podemos decir lo mismo del terraplanismo económico. Esta semana el factótum del próximo gobierno, Giorgio Jackson, declaró que no estaba ni de cerca en los planes de éste promover la firma del TPP-11.

Las razones para ello son bastante inentendibles y se pueden hacer paralelos con los argumentos antivacunas sobre un plan maestro de Bill Gates, la incorporación de chips vía vacunación y el control de la población vía las redes 5G. Sería gracioso si no hubiese efectos reales.

A esta altura es casi un lugar común recordar que Chile es una economía pequeña que requiere que haya la menor cantidad de barreras posibles para intercambiar bienes y conocimientos. Esos son los beneficios del TPP-11, pensar en volver a reeditar una mirada cepaliana sesentera de nuestra economía con una industrialización forzada a partir de protecciones no tiene pies ni cabeza a esta altura del partido.

Nuestro modelo Nueva Zelanda (¿o habrá dejado de serlo?) ya estampó su firma, nuestro vecino y competidor en muchas materias de exportación, Perú, ya estampó la firma. Economistas respetados de derecha e izquierda, incluidos los huidizos miembros del consejo asesor del próximo presidente, se han inclinado por la conveniencia para el país de ser parte de este tratado.

Gabriel Boric se ha presentado como un seguidor del conocimiento científico, podemos discutir si la economía cae en la categoría de ciencia o no, pero sin duda ya sabemos con claridad qué cosas funcionan y cuáles no. Ojalá tome el camino de las que funcionan.

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